Duelo espiritualidad

La muerte: un tema que frecuentemente se evita, pero que invariablemente se cruza en el camino de todos nosotros. Despierta temores profundos y cuestionamientos sobre lo desconocido. Sin embargo, como tantas cosas en la vida, tendemos a malinterpretar su naturaleza. En lugar de ser un abismo oscuro y temible, la muerte puede ser vista como un portal hacia la liberación, un regreso a nuestra esencia, un recuerdo de quiénes somos realmente.

La muerte como liberación

Cuando llega la muerte, experimentamos una transición de nuestro estado físico limitado hacia nuestra verdadera identidad espiritual. Nuestra conciencia se mezcla con la llama de luz que es nuestra esencia. Las cargas terrestres se desvanecen, y nos encontramos liberados de las limitaciones impuestas por nuestro cuerpo físico. Aunque elegimos encarnar en cuerpos terrenales para experimentar la vida en esta dimensión, el regreso a nuestro estado angelical natural se siente como un éxtasis.

Antes de encarnar, elegimos conscientemente comenzar nuestra vida en la Tierra. Fue un acto valiente y un salto de fe en la aventura de la experiencia humana. Aunque podemos olvidar esta elección en momentos de duda, en algún punto de nuestras almas dijimos un audaz «sí» a esta encarnación. Fue un acto de coraje cambiar nuestra libertad angelical y nuestra ausencia de limitaciones por la experiencia humana.

La pesadez terrestre

La Tierra a menudo se siente pesada debido al sufrimiento, el miedo y la negatividad que impregnan su atmósfera colectiva. Encarnar aquí puede llevarnos a olvidar nuestra libertad innata y nuestra seguridad. Empezamos a buscar estas cualidades fuera de nosotros, enjuiciándonos según las expectativas externas para ser amados.

La realidad es que somos seres seguros y libres, sin importar nuestra ubicación. Sin embargo, durante nuestra búsqueda de esta libertad y seguridad, a veces somos engañados por poderes que parecen ofrecerlas, dejándonos dependientes de lo externo. Esto a menudo nos lleva a la tristeza y la depresión.

La alegría de la muerte consciente

A medida que nos acercamos a la muerte, comenzamos a soltar y liberar. Esta etapa implica despedirnos de la vida terrestre y de nuestros seres queridos, lo cual puede ser doloroso pero también revelador. La tristeza de la despedida nos recuerda el vínculo eterno del amor que compartimos, una conexión que trasciende la muerte.

La muerte consciente nos permite experimentar la alegría de liberarnos de los lazos terrenales y rendirnos a nuestro ser espiritual. Si morimos en paz y aceptación, la muerte se convierte en un evento alegre.

La transición hacia el más allá

Después de decir adiós a la vida terrestre, nos adentramos en una fase de transición. Dejamos atrás los aspectos físicos y nos volvemos hacia nuestro interior. A medida que disminuye nuestra conciencia del mundo exterior, nos preparamos para el viaje interior.

La transición puede ser una experiencia majestuosa y sagrada. El alma se siente atraída por una dimensión diferente, liberándose de las ataduras terrenales. Incluso la presencia de los seres queridos no detiene este proceso. Sentimos una energía cálida y reconfortante, y experimentamos un inmenso alivio. Estamos en casa y todo se vuelve claro.

La conexión con la fuente divina

A medida que avanzamos más allá del plano astral, entramos en el plano esencial, conectándonos con nuestra esencia divina y la fuente de toda creación. Aquí, recordamos que somos una manifestación única de lo divino y que no somos juzgados por nuestras acciones en la Tierra.

La muerte, lejos de ser el fin, es una transición a una nueva dimensión de amor incondicional y sabiduría. Nos rodean seres de luz, guías y personas que han cruzado antes que nosotros. Están ansiosos por compartir su amor y bondad.

La transición continua

En el plano esencial, tenemos la oportunidad de elegir conscientemente nuestro próximo destino, ya sea una nueva encarnación en la Tierra o un camino diferente. Aquí, escuchamos claramente la voz de nuestra alma y queremos reconocer la voluntad divina: que Dios, La Fuente, El Espirítu, El Ser Superior experimente la vida a través de nosotros.

El proceso de adaptación en el más allá lleva tiempo. Algunas almas pueden estar atrapadas en patrones emocionales o atadas a la Tierra debido a muertes traumáticas. Sin embargo, siempre hay apoyo amoroso para estas almas.

La importancia del desprendimiento

El desprendimiento es crucial tanto en la vida como en la muerte. Significa prestar atención a lo esencial, liberándonos de las preocupaciones no esenciales y encontrando alegría en las cosas simples. Al soltar el control excesivo, la vida se vuelve más ligera.

Conectarse con el plano esencial durante la vida prepara para una transición pacífica en la muerte. Morir conscientemente es un evento sagrado y hermoso que nos conecta con nuestra esencia y nos lleva de vuelta a casa.

La muerte, lejos de ser trágica, es un portal hacia la eternidad. Nos recuerda que somos ángeles de luz profundamente amados, no perecederos. La muerte nos despierta a la realidad de nuestra conexión eterna con la fuente divina y nos invita a vivir nuestras vidas en la Tierra con amor y desapego, en preparación para el viaje de regreso a casa.

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