Superando el Dolor y el Estigma: el suicidio

Duelo chica cama mira arriba

El duelo en el contexto del suicidio es una experiencia emocional extremadamente compleja y desafiante. Cuando una persona pierde a alguien cercano debido al suicidio, las emociones y los procesos de duelo pueden ser intensos y complicados. Aquí hay algunas consideraciones importantes sobre el duelo y el suicidio:

El complicado duelo tras una muerte por suicidio, lucha contra el dolor, el estigma y la soledad

Los familiares de una persona que se ha quitado la vida siguen llorando en soledad con frecuencia. Hay una mayor sensibilización social pero impera el silencio y actualmente no hay una atención adecuada por falta de especialización y de recursos.

Cada suicidio es un desgarro en la vida de al menos seis personas del entorno más cercano. Sus vidas cambian para siempre. Padres, hijos, parejas, hermanos, amigos se convierten en supervivientes de un trauma que se ven obligados a afrontar aún en demasiadas ocasiones en soledad.

«Es una muerte súbita, violenta, tan inesperada y poco previsible que nos ocasiona una fractura emocional del máximo nivel.»

«Camino en una oscuridad profundísima» Es una muerte para la que no estamos educados y nos provoca mucha dificultad de encaje. Se mezclan muchas emociones contradictorias: estamos muy enfadados con la persona que se ha suicidado porque la queríamos y nos ha dejado; nos sentimos abandonados y la echamos de menos. Hay un gran abatimiento y un sentimiento de culpabilidad enorme, que es muy tóxico. Nos preguntamos qué hicimos mal, qué no supimos hacer o qué dijimos. Y todo se desarrolla con una profunda ignorancia y como no sabemos nos enfrentamos solos. Caminas en una oscuridad profundísima y no sabes si te estás volviendo loco, si se va a pasar algún día, asegura sobre este complicado proceso de duelo.

El impacto emocional que sufre una persona en estas circunstancias es tal que se compara con la vivencia traumática en un campo de concentración, de ahí el término supervivientes. Debe reconstruirse y crear nueva vida partiendo de la ruina. Experimenta mayor nivel, y más duradero, de shock e incredulidad, ‘rumian’ obsesivamente sobre todo lo que rodea a la muerte («por qué lo hizo», «si sufrió o no», «si fue rápido», «si se acordó de ellos en el último momento», «cómo no pudieron evitarlo»). El duelo por suicidio se enmarca dentro de los ‘prohibidos’ y ‘estigmatizados’ por la falta de apoyo social y el aislamiento en comparación con otras pérdidas, por los sentimientos de culpa y de vergüenza. Suele alargarse años y existe un riesgo mayor de que se desarrolle de forma patológica porque si no se da salida a un dolor tan extremo puede «cronificarse» y desencadenar trastornos mentales o físicos. En algunos casos, especialmente en los primeros meses, los familiares pueden llegar incluso a pensar en seguir los pasos de su ser querido.

Los supervivientes suelen percibir con tristeza cómo el nombre del que se ha ido deja de pronunciarse a su alrededor y la gente se aleja, quizás, por no saber manejar ese dolor ni cómo comportarse ante una pérdida tan desgarradora o por tratar erróneamente de ‘proteger’ a esa persona eludiendo el tema. Y que algo tan doloroso se silencie dificulta aún más el proceso de recuperación. «Más del 40% de supervivientes ocultan o inventan el motivo real de fallecimiento, y acaban enquistando su dolor y convirtiéndolo en una patología», afirma Pedro Martín-Barrajón, responsable de la Red Nacional Psicólogos para la Prevención del Suicidio y Grupos de Ayuda Mutua.

Una falta de red social y familiar de apoyo puede derivar en un ‘trauma acumulativo’: «El entorno puede impedir al superviviente hablar de lo sucedido y esto aumenta la sensación de aislamiento y de incomprensión. Llegan a pensar que los otros no quieren ayudarles, o que incluso les culpan. Esto conduce a no hablar con nadie porque molesta con su dolor, al sentimiento de estar volviéndose loco, a pensar que hablar no sirve de nada, y prescindir del principal y más poderoso factor de protección, el apoyo social. El dolor por la muerte de un ser querido necesita ponerse en palabras«.

¿Por qué sigue siendo tan difícil hablar del suicidio? Para Carles Alastuey hay tres razones por las que aún es un tema tabú: es una muerte que nos «asusta» y nos «perturba» porque se produce en unas circunstancias de «alteración grave emocional y con una extrema violencia», no es una muerte «amable, ni libre»; estamos programados para preservar la especie y en un suicidio tendemos a pensar que el «principio de proteger la vida se ha invalidado» y es una conducta que ha estado históricamente perseguida y cargada de «prejuicios y mitos».

Frente a éstos sólo cabe la información y la normalización respecto a un tema que, además, no es cosa de otros. Hasta la mitad de la población tendrá pensamientos suicidas alguna vez en su vida, advierte Pedro Martín-Barrajón. «La conducta suicida es un fenómeno que forma parte de la conducta humana e ignorarlo contribuye a su aumento, no a su disminución. Puede afectar a cualquier persona, tenga una enfermedad mental o no, todos somos susceptibles de atravesar un mal momento en la vida y de considerar que no tiene solución aquello que nos aflige. Debemos hablarlo con normalidad para que todos nos sintamos autorizados a manifestarlo y compartir esa inquietud tan profunda». «El riesgo es extremo en la ignorancia», advierte Carles Alastuey.

Prepárate para las emociones fuertes

El suicidio de un ser querido puede desencadenar emociones intensas. Por ejemplo:

  1. Choque: Podrías experimentar incredulidad o insensibilidad emocional. Quizás pienses que el suicidio de tu ser querido no puede haber sido real.
  2. Ira: Podrías enojarte con tu ser querido por abandonarte o por provocarte todo este sufrimiento, o contigo mismo u otras personas por no haber advertido las señales de sus intenciones.
  3. Culpa: Es posible que frases como «qué hubiera pasado si…» o «si tan solo…» se repitan en tu mente, y que te culpes por la muerte de tu ser querido.
  4. Desesperación: Puedes sentirte invadido por sentimientos de tristeza, soledad o desesperanza. Podrías sentir decaimiento físico o incluso pensar en suicidarte.
  5. Confusión: Muchas personas intentan darle algún sentido a la muerte o entender por qué su ser querido se quitó la vida. Sin embargo, siempre te quedarán dudas sin responder.
  6. Sentimientos de rechazo: Podrías preguntarte por qué tu relación no fue suficiente para evitar que tu ser querido se suicidara.

Es posible que experimentes reacciones intensas por semanas o meses después del suicidio de tu ser querido, en especial, si presenciaste o hallaste el suicidio.

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Manejo de la estigmatización

A muchas personas les cuesta hablar sobre el suicidio, y podrían no acercarse a ti. Esto puede hacer que te sientas aislado o abandonado, si no encuentras el apoyo que esperabas recibir.

Además, algunas religiones limitan los ritos que se pueden ofrecer para las personas que se suicidaron, lo que también podría causarte una sensación de soledad. También podrías sentir que te faltan algunas de las herramientas habituales que usabas antes para afrontar situaciones difíciles.

Adopta estrategias de afrontamiento saludables

Las repercusiones del suicidio de un ser querido pueden ser física y emocionalmente agotadoras. Mientras haces el duelo, procura proteger tu propio bienestar.

  1. Mantente en contacto: Busca el apoyo, la comprensión y la ayuda de tus seres queridos, amigos y líderes espirituales para recuperarte. Rodéate de personas que quieran escucharte cuando necesites hablar y de aquellos que simplemente te ofrezcan su apoyo cuando no tengas ganas de hablar.
  2. Atraviesa el duelo de la forma que necesites: Haz lo que sea adecuado para ti y no necesariamente para otra persona. No existe una sola manera «correcta» de atravesar el duelo. Si te resulta demasiado doloroso visitar la tumba de tu ser querido o compartir detalles de su muerte, espera a estar preparado para hacerlo.
  3. Prepárate para los recordatorios dolorosos: Los aniversarios, los días festivos y otras ocasiones especiales pueden ser recordatorios dolorosos del suicidio de tu ser querido. No te sientas mal por estar triste o afligido. En cambio, considera cambiar o suspender las tradiciones familiares que son demasiado dolorosas.
  4. No te apresures: Perder a alguien por un suicidio es un golpe tremendo, por lo que la recuperación debe darse a su debido tiempo. No te apresures si otros consideran que ya pasó «demasiado tiempo».
  5. Anticipa las dificultades: Algunos días serán mejores que otros, incluso años después del suicidio, y está bien que así sea. La recuperación suele presentar altibajos.
  6. Considera unirte a un grupo de apoyo para familias afectadas por un suicidio: Contar tu historia a otras personas que están pasando por el mismo tipo de dolor podría ayudarte a encontrar un propósito o fortaleza. Sin embargo, si sientes que ir a estos grupos te recuerda la muerte de tu ser querido, busca otros métodos de apoyo.

Infórmate sobre cuándo buscar ayuda profesional

Si tienes angustia intensa o incesante o problemas físicos, pide ayuda al médico o al psicoterapeuta experto en duelo. Buscar ayuda profesional es especialmente importante si crees que tienes depresión o si tienes pensamientos suicidas recurrentes. El duelo no resuelto puede volverse un duelo complicado, en el que las emociones dolorosas duran tanto y son tan intensas que te resulta difícil continuar con tu propia vida.

Según el caso, es posible que puedas recibir beneficios de terapia individual o familiar, ya sea para ayudarte a superar la peor de las crisis o para ayudarte a adaptarte a la vida después de un suicidio. Además, en algunos casos, los medicamentos a corto plazo pueden ayudarte.

Enfrenta el futuro con una sensación de paz

Después del suicidio de un ser querido, es posible que sientas que no puedes seguir adelante o que nunca volverás a disfrutar de la vida.

En realidad, siempre te preguntarás por qué ocurrió, y recordarlo puede desencadenar sentimientos de dolor incluso años después. Sin embargo, con el tiempo, la cruda intensidad del duelo se disipará.

Comprender el complicado legado del suicidio y cómo hacer frente a un sufrimiento palpable te puede ayudar a sanar, sin dejar de honrar la memoria de tu ser querido.

En este tipo de duelos te aconsejamos la guía de un profesional experto en duelo.

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